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Richard Wagner, Parsifal

En el siglo XIX, Richard Wagner convierte en ópera la historia de Parsifal.

 

El Castillo del Grial, llamado Montsalvat, se encuentra en las montañas del norte de la España gótica. Un camino asciende hacia él a través del bosque. Entre grandes rocas se abre una amplia cueva, galerías pétreas y la gran nave del templo del Grial.

 

El Grial, el cáliz sagrado, había sido entregado a Titurel para que lo guardara. Éste construyó en el bosque el Castillo de Monsalvat y organizó una Orden de Caballeros encargados de su custodia, los Caballeros del Grial.

Titurel, ya anciano, cedió la soberanía a Amfortas, pero éste, en un combate imprudente, recibió en el costado una herida. Una herida que sangra sin cesar.

 

Gurnemanz, caballero del Grial, explica la situación de Amfortas, el Rey Herido:

«Amfortas... ¿Quién pudo protegerle contra el autor de los maleficios?... Cubrí la retirada al rey que escapaba, mas una herida sangraba en su costado, herida grave, que nada pudo cerrar. Cuando el vil pagano ultrajaba el reino de los creyentes, en la noche se vio descender a los ángeles que del cielo traían, como un mensaje, sagradas reliquias, emblemas de la Pasión. El Cáliz Sagrado de la Última Cena, que en la Cruz recogió la Sangre Divina, así como la lanza que la vertió. Tales recuerdos sagrados, en custodia, a nuestro rey le fueron dados. Edificó un templo para las reliquias. Los que acudisteis a su servicio por sendas que el pecador desconoce, bien sabéis que sólo los puros podrán juntarse un día a los hermanos a los que, para traer la salvación a los hombres, fortalece el Grial con su virtud».

 

Sin embargo, el Grial ha profetizado que un día llegará un hombre puro y gran conocedor de la pena, que curará la herida del Rey.

Parsifal llegará a Montsalvat tras un arduo camino de lucha y aprendizaje. La Tierra del Grial languidece, a la espera del héroe.

 

Parsifal pregunta a Gurnemanz:

- ¿Qué es el Grial?

El caballero le responde:

- Eso no puede decirse. Pero si has sido escogido por él, pronto lo conocerás. Hacia él no conduce ningún camino y nadie puede encontrar su ruta, si no lleva la guía dentro de sí.

 

Parsifal toca con la lanza sagrada la herida de Amfortas. Y, con la sanación de éste, el héroe se convierte en nuevo Rey del Grial.

 

 

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