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JACA

Don Ramiro, primer soberano de Aragón, rey de 1035 a 1063, en los inicios de su reinado buscó un lugar donde fijar la corte del Reino Pirenaico, y eligió Jaca. Reconstruyó la vieja ciudad romana para establecer en ella su residencia.

En 1068, el hijo y sucesor de Ramiro, el rey Sancho Ramírez, hombre profundamente religioso, viaja a Roma para establecer una relación feudo-vasallática con el Papa y consolidar así el naciente Reino de Aragón.

El Papa, en reconocimiento, le concedió el derecho a utilizar en su emblema los colores vaticanos (el color de las cintas de seda de las que pendían los sellos papales de los documentos en los que se suscribió el vasallaje): los palos de gules sobre campo de oro, las barras rojas y amarillas que constituirán las armas del linaje, los colores del escudo, el señal de los Reyes de Aragón en blasones, monedas, sellos y banderas.

La representación más antigua de esta enseña que se ha conservado se encuentra en unos frescos del castillo de Alcañiz que representan la conquista de Valencia por el rey Jaime I.

En 1076 el infante García es nombrado obispo “de Aragón”. García Ramírez era el segundo hijo de Ramiro I.

Aún no se había establecido la diócesis episcopal en Jaca, pero el obispo trasladó el Cáliz, que entonces estaba en Bailo, a la ciudad que su hermano Sancho edificaba.

El Santo Cáliz se ubicó en la provisional iglesia de San Pedro, a la espera de la construcción de la catedral.

El obispo García, el hermano del rey Sancho Ramírez, fue en esos años, mientras se construía el nuevo templo jaqués, el custodio del Grial.

La catedral de Jaca, la más antigua de España, se construía para albergar el Grial.

 

Jaca se estaba convirtiendo en “el País del Templo”.

En aquel país de guerras y oraciones, de monjes-guerreros, se custodió el Grial.

Y para ello se construyó una catedral.

Hay un capitel especial en la actual "Lonja Chica" de la catedral de Jaca. Perteneció al destrozado claustro de la seo románica. Está a la derecha tras atravesar la verja que antecede a la portada.

En este capitel se describe el martirio del papa Sixto.

El nombre del pontífice consta en una voluta sobre su cabeza: “S. SISTVS”.

Es el único capitel, en toda Jaca, en que una inscripción identifica al personaje retratado.

A lo largo de las caras del capitel, se cuenta el martirio de San Sixto.

En la primera escena figura el papa junto a su diácono Lorenzo, al que está bendiciendo. Seguramente acaba de encargarle salvaguardar el Cáliz de los saqueos romanos.

Y en la cara contigua, se halla San Lorenzo (que sujeta una cruz) con dos discípulos.

Uno de ellos recibe de Lorenzo un objeto envuelto.

Tanto la mano del que lo da como la del que lo recibe hacen el gesto de bendición.

El segundo discípulo señala con su dedo el Santo Grial envuelto.

La sagrada copa que el discípulo tenía que llevar a Huesca, para ponerla a salvo.

 

Mientras se construía la catedral de Jaca para albergar el Grial, el obispo García Ramírez se oponía a las reformas eclesiásticas “romanas” que promovía su hermano el rey.

Las relaciones del obispo y el monarca se deterioraron.

Las ideas reformadoras del rey Sancho no eran bien vistas por el infante-obispo

En 1082 el rey desterró a su hermano y a sus partidarios.

El infante-obispo partió de Jaca, camino del monasterio de San Juan de la Peña, llevando consigo el Santo Grial, que entonces era aún sólo un cuenco de ágata, sin la base y las asas que se le añadirán en San Juan de la Peña.

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