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GUERRA DE LA INDEPENDENCIA

De algún modo, la historia del Santo Cáliz es paralela a la historia de la España cristiana.

Durante los dos grandes periodos de invasión (la ocupación musulmana y la ocupación francesa), los custodios del Cáliz lo mantuvieron oculto en lugares que consideraron seguros (el Pirineo, durante la época árabe; las Baleares, durante la época napoleónica).

 

Sobre la suerte que corrió durante la Guerra de la Independencia nada hay publicado.

No hay nada publicado, pero sí hay constancia escrita de lo que ocurrió.

En el Archivo de la Catedral de Valencia se conserva el memorial que escribió el sacerdote Pedro Vicente Calbo, que custodió el Cáliz durante aquellos años, memorandum que lleva por nombre “Traslación de Reliquias a Alicante e Islas Baleares, en 1809, con lo ocurrido hasta que se volvieron en 1813”.

Pedro Vicente Calbo había sido párroco del Grao y era beneficiado de la Catedral de Valencia y rector del seminario sacerdotal y conciliar de la Purísima Concepción y Santo Tomás de Villanueva. En su crónica el cura Calbo expresaba su enfado por las vicisitudes vividas.

En 2012 el obispo de Ibiza, Vicente Juan Segura, encargó a la profesora de Historia Joana María Ferrer Ferrer la transcripción de dicho texto.

 

Por el escrito del señor Calbo conocemos los pormenores de la “primera salida” del Santo Cáliz desde que fuera depositado en la Catedral de Valencia.

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